En esta entrada, compartimos la experiencia de ingreso a la Universidad Indoamérica, a través de un estudiante de Medicina. ¡Un gran reto merece un enérgico inicio!
La incorporación a la Universidad Indoamérica fue un torbellino de emociones: una mezcla de entusiasmo, nervios y expectativa. Imagina llegar a un campus lleno de vida, donde la bienvenida es mucho más que una simple orientación: es una celebración de lo que está por fue el karaoke, que se convirtió en el centro de atención para los nuevos y antiguos estudiantes.
Desde el primer paso en el campus, el aire estuvo cargado de energía. Vi a todos los estudiantes de las carreras de Medicina y Enfermería reunidos para mostrar sus emprendimientos.
Al caminar entre esos stands, sentí un cosquilleo en el estómago, viendo lo que ofrecían mis compañeros, a través de platos llenos de sabor. Hubo presentaciones de damas y caballeros novatos del primer semestre de Medicina y Enfermería, con vestimentas elegantes frente a todos.
El ambiente fue muy vibrante y lleno de sonido. Mis compañeros de clase, y también los de otros semestres, interpretaron canciones conocidas, así como sus éxitos favoritos. Fue fascinante observar cómo las voces, a veces temblorosas, se volvieron confiadas a medida que el espectáculo avanzó.
Cada actuación fue un reflejo de la personalidad de cada uno, una muestra de su carácter y entusiasmo. Aplausos y risas se mezclaron entre todos, creando un sentido de comunidad instantáneo.
Te podría interesar: Proyecto: Escuela de Gastronomía Yavirak en Parque Bicentenario
Pero el karaoke no fue el único atractivo del día. Los partidos de fútbol fueron muy emocionantes en la bienvenida. Organizados en el campo deportivo de la Universidad, cada semestre vistió su propia camiseta distintiva compitiendo por ser el curso ganador. Ver a los estudiantes corriendo por el campo, animando y apoyando a sus compañeros, creó una atmósfera de competencia amistosa y entusiasmo.
Los estudiantes se volcaron en el apoyo a sus compañeros, gritando y vitoreando desde las gradas por la emoción; y los goles se celebraron con una euforia que contagió a todos. También estuvieron los juegos, como el tradicional 40, donde cada jugada superó a la anterior.
Para mí, como estudiante de primer semestre, la experiencia fue una gama de emociones desde la ansiedad hasta la euforia. Fue una bienvenida muy emocionante, en un ambiente vibrante, divertido y liberador. Los compañeros de los semestres supriores estuvieron con nosotros para hacer más divertido el momento y hacernos sentir cómodos ante el nuevo desafío.
La Universidad puede parecer un gran desafío, pero también está llena de momentos para disfrutar, descubrir y celebrar.
Escrito por Alanise Egas, estudiante de Medicina, Universidad Indoamérica.
