Helen Taussig revolucionó la cardiología pediátrica

Conoce a la mujer que cambió la historia de la cardiología. Helen Brooke Taussig nació el 24 de mayo de 1898 en Cambridge, Massachusetts, en una familia con buenos recursos y un ambiente intelectual, su padre, Frank Taussig, quien era un destacado economista y profesor en Harvard, mientras que su madre Edith Guild Taussig, había sido estudiante en Radcliffe College antes de dedicarse a su hogar, la muerte de su madre por tuberculosis, cuando Helen tenía 11 años, fue un golpe difícil en su vida, desde niña, Helen mostró interés por aprender, aunque tuvo que superar la dislexia con mucho esfuerzo.

Estudió en la Cambridge School for Girls, una escuela de prestigio que le dio una base sólida para su educación, más adelante, comenzó sus estudios universitarios en Radcliffe College, pero tuvo que enfrentar las limitaciones de la época, ya que instituciones como Harvard no aceptaban mujeres para estudiar medicina, a pesar de esto, logró graduarse en la Johns Hopkins School of Medicine en 1927, es importante destacar que su determinación y pasión la ayudaron a abrirse camino en un campo dominado por hombres, dejando una huella importante en la medicina.

Mientras estudiaba en la Johns Hopkins School of Medicine, Helen comenzó a sentirse profundamente atraída por la cardiología pediátrica, ese interés creció durante su tiempo en la clínica pediátrica de Boston y más tarde en Johns Hopkins, donde trabajó con médicos destacados que compartían su pasión por ayudar a los más pequeños, Helen dedicó su carrera a entender y tratar las cardiopatías congénitas, un campo que en ese entonces apenas comenzaba a explorarse, su trabajo no solo transformó la vida de muchos niños, sino que también dejó una huella imborrable en la medicina.

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Helen revolucionó la cardiología pediátrica con ideas y tratamientos que marcaron un antes y un después en el manejo de las enfermedades del corazón en niños, uno de sus mayores logros fue su trabajo en la creación de la derivación de Blalock-Taussig, un procedimiento quirúrgico diseñado para mejorar el flujo sanguíneo hacia los pulmones en niños con el síndrome del bebé azul, también conocido como tetralogía de Fallot, condición que se caracteriza por la presencia de cuatro defectos cardíacos mismos que son: comunicación interventricular (CIV), cabalgamiento de la aorta, Estenosis pulmonar, Hipertrofia del ventrículo derecho, esta condición grave impide que la sangre reciba suficiente oxígeno, provocando un tono azulado en la piel de los pacientes.

Blog Quote: La cirugía consistía en crear una conexión entre la arteria subclavia y la arteria pulmonar, lo que permitía que más sangre llegara a los pulmones para ser oxigenada, este innovador enfoque ofreció una solución práctica y relativamente segura para tratar una enfermedad que, hasta entonces, era casi siempre mortal.

Aunque Helen fue pieza clave en el diseño de este procedimiento, compartió el reconocimiento con Alfred Blalock, el cirujano que lo ejecutó, y Vivien Thomas, su técnico quirúrgico, la derivación de Blalock-Taussig fue un éxito inmediato y se convirtió en una técnica fundamental en la cirugía cardíaca pediátrica, con variaciones que aún se utilizan hoy en día, sin embargo, como muchas mujeres en su tiempo, Helen no siempre recibió el crédito completo por su trabajo, ya que las contribuciones de las médicas eran frecuentemente minimizadas, a pesar de estas injusticias, su legado perdura como un ejemplo de innovación y dedicación, mejorando la vida de miles de niños y transformando para siempre el campo de la cardiología pediátrica.

El legado de Helen Brooke Taussig sigue siendo fundamental en la medicina, especialmente en la cardiología pediátrica, sus aportes no solo salvaron innumerables vidas, sino que también abrieron el camino para que se desarrollaran técnicas quirúrgicas más avanzadas, el procedimiento de la derivación de Blalock-Taussig marcó un antes y un después en el tratamiento de las cardiopatías congénitas, mostrando que era posible abordar estas enfermedades con soluciones innovadoras, después con el tiempo, el procedimiento original se ha mejorado al usar materiales sintéticos, como injertos vasculares, que hacen la cirugía más segura y duradera.

Estas adaptaciones reflejan cómo su trabajo inspiró avances que todavía benefician a pacientes hoy en día, ya que demostraron tener importantes ventajas para las personas con esta patología, Helen dejó una enseñanza invaluable: con dedicación e ingenio, incluso los problemas más complejos pueden resolverse, un mensaje que continúa guiando a médicos y cirujanos en la búsqueda de tratamientos más efectivos para los niños.

Escrito por Dr. Javier Rivadeneira, Docente y Director de las Carreras de Salud FACSBH; y Vanessa Stephanie Portero Pérez, estudiante de Medicina, Universidad Indoamérica.

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