Mujeres científicas: Dra. Utako Okamoto y el descubrimiento del ácido tranexámico
La historia de la ciencia está llena de descubrimientos revolucionarios que han salvado innumerables vidas. Uno de estos avances cruciales es el ácido tranexámico, un medicamento vital para tratar la hemorragia posparto y la trombosis. Este fármaco se ha convertido en un aliado clave para reducir el riesgo de muerte en situaciones de hemorragia severa, tanto en el posparto como en casos de trauma. Conoce el aporte de una científica de gran relevancia cuyo trabajo estuvo marcado por la desigualdad de género.
Detrás de este gran descubrimiento se encuentra la destacada científica japonesa, la Dra. Utako Okamoto.
Nacida en 1918, Utako Okamoto mostró desde temprana edad un gran interés por las ciencias. Se licenció en Farmacia en la prestigiosa Universidad de Kioto en 1941, una hazaña notable en una época en la que pocas mujeres tenían la oportunidad de acceder a la educación superior. Su pasión por la investigación la llevó a continuar sus estudios, obteniendo su doctorado en Farmacología en la misma universidad en 1953.
La carrera de Okamoto se centró en comprender los mecanismos de la coagulación sanguínea y la trombosis. Durante la década de 1950, su interés se dirigió hacia las propiedades antifibrinolíticas de ciertas sustancias químicas.
Su objetivo era claro: encontrar un tratamiento efectivo para controlar la hemorragia excesiva y la trombosis, condiciones que representaban una amenaza significativa para la salud humana.
En 1957, después de años de investigación meticulosa, Okamoto descubrió el ácido tranexámico. Este compuesto inhibe la actividad de la plasmina, una enzima responsable de disolver los coágulos sanguíneos.
El ácido tranexámico es un medicamento antifibrinolítico que inhibe la actividad de la plasmina, una enzima responsable de disolver los coágulos sanguíneos. Al estabilizar los coágulos y prevenir su desintegración prematura. Durante su investigación sobre los mecanismos de la coagulación y la trombosis, la Dra. Utako Okamoto buscaba un agente hemostático que pudiera tratar eficazmente la hemorragia, una de las principales causas de muerte materna en el mundo.
Su descubrimiento del ácido tranexámico ha revolucionado el tratamiento de la hemorragia posparto y también se ha convertido en un recurso vital para controlar hemorragias en pacientes traumatizados y en diversas cirugías.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Utako Okamoto se trasladó a la Universidad Keio en Tokio, donde, junto con su marido Shosuke, investigó sobre la sangre con el objetivo de encontrar un tratamiento para la hemorragia postparto.
En su bibliografía se menciona que llevaba a su hija al laboratorio, cargada en su espalda para continuar con sus estudios científicos.
Aunque inicialmente estudiaron el ácido aminocaproico, Utako descubrió el ácido tranexámico, mucho más potente, y publicaron sus hallazgos en 1962.
Sin embargo, en el Japón de postguerra, donde las mujeres científicas eran escasas, Okamoto no pudo convencer a los médicos locales para realizar ensayos clínicos, por lo que el ácido tranexámico fue relegado a tratar menstruaciones abundantes y quedó semiolvidado durante casi cincuenta años, a pesar de que la hemorragia postparto sigue siendo una de las principales causas de muerte materna, causando la muerte de 100,000 mujeres al año.
La Dra. Utako Okamoto no solo fue una científica brillante, sino también una pionera que allanó el camino para las mujeres en la ciencia. Su dedicación y perseverancia continúan siendo una fuente de inspiración para los científicos de hoy. Su legado perdura, recordándonos la importancia de la investigación científica y su impacto en la mejora de la salud humana.
¿Conoces a otras mujeres cuyo trabajo marcó el rumbo de la medicina?
Escrito por Dr. Javier Rivadeneira, Docente/Director de las Carreras de Salud; y Keilly Mabel Espín Mejía, estudiante de la Carrera de Medicina, Universidad Indoamérica.