Creatividad en el diseño básico arquitectónico

La arquitectura ha estado ligada a la vida del ser humano a lo largo de toda su existencia consiente. La humanidad ha impregnado sus anhelos en el elemento arquitectónico, el cual refleja la creatividad de su autor, desde el más pequeño elemento arquitectónico como un mirador, hasta los grandes edificios, como los rascacielos, impactan nuestros sentidos e invaden el paisaje que admiramos y reconocemos como nuestro entorno.

El taller de diseño básico arquitectónico imparte a los estudiantes las bases de diseño, a través de los conceptos fundamentales, y como estos se pueden implementar bajo la premisa de comprender las necesidades no solo del usuario, sino de entorno, generando una arquitectura pensada como un elemento del paisaje que no busca dominarlo, sino formar parte de él.

Para ello, los estudiantes diseñaron un espacio de expresión artística al aire libre conformado por tres espacios que expresan diferentes niveles de cerramiento, conectados entre sí por una circulación universal, donde exprese un nivel de comprensión y desarrollo del concepto, la materialidad, el recorrido, la forma y la función, según el entorno y la materialidad del usuario, el cual está ubicado en el Parque Metropolitano, Guanguiltagua.

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Alejandro José Enríquez Centeno, ganador de la Mención al Mejor Proyecto, comenta: Durante el proceso de mi proyecto tuve varias experiencias y emociones, puesto a que me gusta la tranquilidad que transmiten los bosques, durante el reconocimiento del sitio donde se implanta el proyecto me llegaron varias ideas a la cabeza lo que plasmé en un prototipo inicial, el cual con formé aprendía elementos compositivos y directrices de diseño, tuvo un cambio drástico debido a que las ideas de diseño que buscaba plantear iban descomponiendo la forma y el concepto.
Otro elemento importante para mí era mantener un entorno natural sin realizar grandes modificaciones en la vegetación o la topografía, más bien quería que mi composición se adapte.
Por lo que decidí tomar parte del paisaje, en este caso, las montañas, haciendo referencia a un triángulo, después hubo una transformación en la forma, el cual se convirtió en un trapecio y uniéndolos tomó la forma de un hexágono, realicé un envolvente inspirándome en los templos japoneses, pero con una cubierta hexagonal y que permita el ingreso de la luz en el espacio central con una estructura lineal en su fachada frontal y en otras en U con ciertas aberturas que miran hacia el bosque, luego mantuve la misma forma geométrica para que no se pierda, e incrusté una circulación geométrica.

Con esto logré que los lugares se conecten entre sí brindando espacios de estancia y circulación cómodos al usuario, donde se pueda desconectar de la ciudad.

Junto al espacio de circulación se encuentran incrustadas tres cubiertas semi abiertas con una estructura lineal, por último, limitando con el paisaje de la ciudad, se encuentra un puente.

Con esto puedo decir que cada duda a lo largo del proceso de diseño fortaleció mis decisiones y aclaró mis ideas. Este proyecto fue una mezcla de percepciones en las cuales quería formar lugares que tengan libre acceso a la naturaleza, como el Arquitecto Peter Zumthor dijo: ” El paisaje tiene que estar conjugado con la arquitectura”.

Escrito Alejandro José Enríquez Centeno, estudiante; y Susana Adriana Moya Vicuña MsC, docente investigadora Arquitectura, Universidad Indoamérica.

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