Proyecto: Escuela de Gastronomía Yavirak en Parque Bicentenario 

Conoce un nuevo Proyecto Integrador ganador de una Mención de Honor, de la carrera de Arquitectura. La escuela de gastronomía es parte de la propuesta urbana de transformación de la cabecera del Parque Bicentenario, definido en un taller vertical, el cual establece ejes urbanos de conexión desde el espacio arquitectónico hacia el entorno circundante. Esta visión permite conformar un nuevo equipamiento sectorial comprendido como un hito que pueda reactivar el lugar, en terrenos antes obsoletos y abandonados. 

Concepto de Diseño: planos horizontales predominantes 

La primera intención fue generar planos elevados de la topografía con el fin de que la planta libre sea una invitación para que el usuario recorra y acceda al proyecto, elevando al programa mediante una estructura monumental.  

El concepto representa la dualidad entre lo tectónico y lo estereotómico, ya que busca mostrar a la vez la solidez de la estructura y la ligereza al elevar los planos predominantes del nivel del suelo.

 

Diseño Espacial y Funcional 

Una vez definida la estructura que eleva los planos predominantes, se ajustan los componentes del programa, mediante el desface y la sustracción se colocan 3 patios y 3 elementos compactos funcionales para lograr una mejor iluminación y ventilación natural. Esta macroestructura se vincula al espacio público circundante y permite mejores condiciones interiores a las aulas de gastronomía. Las conexiones verticales son núcleos de escaleras unidas a las conexiones horizontales para definir una pasarela perimetral como un mirador al paisaje y a los patios interiores del proyecto. 

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Elementos Clave del Diseño 

El proyecto se encuentra distribuido en tres edificios: en el bloque central tenemos el área educativa, en planta baja con zonas administrativas y varias aulas, en planta alta talleres gastronómicos 

El siguiente bloque acoge grandes eventos culturales, con un auditorio en planta baja y en planta alta una cocina abierta y coctelería para recibir eventos sociales. El último bloque está centrado en el área de restaurante también dividido en dos plantas; en planta baja zonas de refrigeración, cava de vinos, recepción de insumos y cuarto de máquinas, en planta alta se encuentra el restaurante mirador. 

Finalmente, el elemento más representativo de este proyecto es la estructura, cuyo fin es generar una planta libre adaptada a la ligera pendiente, se generan así grandes luces con ayuda de la configuración de columnas en “Y”.  

Se usaron únicamente 6 columnas a lo largo de 90 metros como soporte de los elementos horizontales. Esta estructura fue elegida por sus características sismo resistentes, una gran facilidad de distribuir las cargas verticales hacia el suelo, además de darle un diseño estético e innovador al proyecto minimizando la obstrucción visual en las diferentes plantas optimizando espacios interiores abiertos y cerrados. 

Hito urbano 

La escuela de gastronomía no solo se concibe como un centro educativo aislado, sino como un espacio que promueve la diversidad cultural y el intercambio de conocimientos culinarios. La integración de elementos arquitectónicos como galerías de arte y espacios para eventos refuerza este compromiso, creando un ambiente enriquecedor para estudiantes y visitantes, pensado para su uso en distintos horarios del día y siempre activo en fines de semana y feriados. 

Estos planos predominantes y la interacción entre llenos y vacíos, permite experimentar en tipologías de equipamientos sectoriales convertidos en íconos relevantes para la construcción de una propia identidad del sector. 

El proyecto busca que la estructura defina la forma y la función de los elementos horizontales, con el fin de promover la interacción social y fortalecer las conexiones con el entorno, estas formas contribuyen a crear un ambiente educativo estimulante y con una adaptación climática eficiente, cuyos espacios interiores reflejan la amplitud e iluminación desde una estética amplia y ligera pensada para ser recorrida y experimentada por los sentidos. 

 

Escrito por Andrés Omar Palomino Valencia y Allison Damaris Ulloa Jeréz, estudiantes de Arquitectura, y Arq. Esteban Cáceres MSc, docente de Universidad Indoamérica.  

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