“Homenaje a Cataluña” de George Orwell 

La Guerra Civil Española fue uno de los acontecimientos bélicos más infames del siglo XX. También es uno de aquellos episodios que revisten polémicas para críticos, políticos e historiadores. Cada vez que alguien habla del tema salen a relucir sus posturas ideológicas y políticas, de manera que interpretar los acontecimientos desde una óptica cercana a la objetividad se vuelve imposible. Sigue leyendo y sumérgete en “Homenaje de Cataluña”, un libro para repensar posturas a todo nivel.  

Así también, entre los artistas y escritores que dibujaron, pintaron, cantaron o escribieron sobre la guerra, existe una polarización de posturas. Uno de los trabajos más conocidos sobre este periodo es “Homenaje a Cataluña” (1938) del británico George Orwell. Erich Arthur Blair, nombre real de Orwell, es conocido en el mundo literario gracias a sus novelas anti totalitarias “Rebelión en la Granja” (1945) y “1984” (1949).  

Siendo la Rebelión una fábula anti comunista, mientras 1984 es una distopía sobre el control social totalitario. Además, Orwell fue un prolífico periodista que escribió reportajes, crónicas y ensayos. Precisamente Homenaje a Cataluña es considerada una obra de no ficción; sin embargo, como veremos, cuando acontecimientos reales se mezclan con la literatura estos dejan de ser reales para ser absorbidos por la ficción. Así, no hay objetividad ni un retrato real de la guerra en Orwell porque es, sencillamente, imposible.  

Entonces Homenaje a Cataluña se convierte en una crónica subjetiva y ficcionalizada de varios acontecimientos de la Guerra Civil Española 

Por supuesto, el carácter ficcional no inhibe el carácter real de las situaciones, estas se deben tener en cuenta, pero no se las puede tomar al pie de la letra. Quizá por eso, este sea uno de los textos más polémicos del autor: aplaudido por unos, odiado por otros. Y es que como decía, el manejo político del tema sobrepasa al autor, críticos y lectores, de manera que su análisis se vuelve complejo y tamizado por ideologías. La obra se narra en primera persona, como si de una crónica se tratara, por eso empezaré la reseña anotando algunos hechos relevantes de la vida de Orwell para después comentar la novela. 

Erich Arthur Blair nació en 1903 en Birmania que por aquel entonces era una posesión del imperio británico. Su padre fue uno de los administradores del gobierno británico de la India, mientras su madre nacida en Birmania tenía ascendencia francesa. La infancia y adolescencia de Erich transcurrió entre Birmania e Inglaterra. Estos contactos desarrollaron en el joven una postura anti imperialista que reluciría en sus primeros trabajos literarios. En 1933 adaptó el pseudónimo de Orwell mientras realizaba investigaciones de campo sobre la clase obrera inglesa que lo llevaron a una travesía como reportero social, verificando el modo de vida, vivienda y costumbres de grupos desfavorecidos. 

Aún más, Orwell se despojó de la postura de escritor y de intelectual para convivir en tugurios con la clase obrera. Estas experiencias se relatan en “El Camino a Wigan Pier” (1937), un texto que combina investigación sociológica, crónica periodística y teorías sociales. Así, se acercó a las izquierdas políticas; aunque nunca se afilió a ningún partido como tal. Orwell se convirtió en un socialista utópico, un soñador con poca conexión con la realidad y con afanes de construir un mundo equitativo.  

Por eso, se lanzó casi sin pensarlo a combatir en la Guerra Civil Española. “Alguien tiene que matar fascistas” le dijo como despedida a Henry Miller en París durante las navidades de 1936. Llegó a Barcelona el 26 de diciembre de 1936 con las credenciales del Partido Laborista Inglés y se enlistó como miliciano del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) de orientación trotskista, lo que después le costaría la persecución y el exilio de España.  

Entre enero y febrero de 1937, Orwell combatió en el frente de la Sierra de Alcubierre en Huesca, después participó de las jornadas de mayo en Barcelona y tras retornar al frente recibió una herida de bala en el cuello. A finales de 1937 cuando se desató la persecución del gobierno de Negrín contra el POUM tuvo que huir para salvarse. Estos acontecimientos marcaron su vida y fueron trasladados al papel en Homenaje a Cataluña 

A partir de aquí Orwell escribió en contra del totalitarismo, del fascismo y del estalinismo, mostrándose a favor de un socialismo democrático. Así, fue posicionado por el gobierno británico como un referente literario que le permitía combatir, desde la literatura, a los bloques nacionalistas y comunistas durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Precisamente durante la Segunda Guerra se mantuvo activo escribiendo reseñas literarias y defendiendo los intereses de los aliados, a pesar de que era espiado por servicios secretos por sus vínculos izquierdistas 

Su compromiso social es motivo de abundantes controversias, para muchos fue un infiltrado que, en nombre del socialismo escribió a favor del capitalismo democrático, para otros fue un idealista que no supo bien en qué bandera política se movía siendo manipulado a favor de los intereses británicos, mientras para otros fue un izquierdista que criticó a la izquierda debido a su orientación trotskista 

Lo cierto es que dejó una obra que, a pesar o gracias a esta polémica sigue levantado polvo y sigue siendo utilizada como mecanismo ideológico desde las arenas políticas más diversas.  

Orwell falleció en 1950 debido a una tuberculosis que lo aquejaba desde mediados de los treinta. Su vida y obra, más allá de estas polémicas, nos invitan a soñar con el fin de todo tipo de totalitarismo y autoritarismo 

Homenaje a Catañula es una novela narrada como si de una crónica se tratara. El carácter periodístico de Orwell permitió que la obra sea considerada por muchos, como no ficción. Sin embargo, nos encontramos ante una novela que utiliza estrategias del periodismo para dotar de verosimilitud al relato, pero que, en última instancia es tan ficticia como cualquier otra novela histórica. Es decir, brinda una visión subjetiva y ficcional en medio de un contexto real. Por eso, no se puede interpretarla desde la política; sino desde la literatura 

Así, nos encontramos ante un protagonista narrador que sigue el mismo trayecto que el autor: miliciano del Poum que se mueve desde Barcelona al frente de la Sierra de Alcubierre en Huesca, para retornar a Barcelona durante las infames jornadas de mayo de 1937, y, finalmente ser perseguido por el régimen comunista lo que le lleva a huir del país.  

El retrato de guerra es descarnado. No resulta violento, pero si descriptivo en sus detalles más paupérrimos: la tristeza y la soledad del frente, la inutilidad y vejez de las armas, la desorganización y estancamiento militar, la conjura política, la hipocresía de los diarios, entre otros.  

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Orwell quita el velo de heroísmo de la resistencia comunista/anarquista para mostrarla en su dimensión más cotidiana, sucia y caótica. Por eso, la novela es denostada desde la izquierda, pues considera que retrata con maldad y alevosía los desaciertos del bando democrático. Incluso se dice que el autor se dedicó a criticar mucho más a los comunistas que a los fascistas. 

Este dato es certero, aunque se debe precisar que lo hace porque el narrador se explaya en los detalles concretos de su accionar, a la primera línea de batalla que se reduce a Barcelona y sus alrededores, sin explicar el contexto amplio de la guerra. También se puede percibir cierto resentimiento de un autor que escribió y combatió a favor de una causa, y se sintió traicionado por quienes representaban dicha causa y que estaban enfrascados en posicionar estrategias geopolíticas 

Cuando el autor/personaje llegó a Barcelona, en diciembre de 1936, encontró una ciudad movilizada por una revolución anarquista, en donde las clases sociales se había sino suprimido, al menos desdibujado bastante. En ese marco se comprende bien que las facciones que se movilizaron durante la Guerra Civil no fueron dos: fascistas y republicanos. Sino que, sobre todo en el bando republicano existieron diversas tendencias políticas enfrentadas, siendo el anarquismo una de sus más importantes. Anclado a la C.N.T, el movimiento obrero anarquista entendió que la refriega civil era el único momento en que una revolución era posible. Y la enarboló desde el principio, aunque al poco tiempo se desinfló.  

Cuando el narrador regresó a Barcelona después de una estadía de pocos meses en el frente, la ciudad había cambiado por completo, restableciéndose la diferencia entre burguesía y proletariado. La revolución anarquista fue instantánea, y eso es precisamente lo que ofrece el relato, una fotografía de una época, un cuadro bélico fugaz en donde confluyeron los ideales y las armas.  

Orwell fue un excelente escritor que utilizó técnicas periodísticas, no solo para construir el relato, sino como un marco para contrastar lo que decían los periódicos de diversas tendencias políticas con los sucesos que atestiguó para demostrar el carácter ficticio y manipulador de la prensa.  

Por eso, la novela es, además, un seminario de periodismo político de guerra. Al final de los sucesos, un herido narrador busca salir del país porque se entera que el gobierno está persiguiendo y encarcelando a cualquiera que tenga o hubiera tenido una relación con las milicias del POUM. 

La desaparición de los milicianos del POUM se puede considerar una purga interna en un bando comunista que veía, según Orwell, por los intereses de Rusia y no de España. Sabemos que esta purga devino en la destrucción del ala trotskista que se extendió por el mundo entero, mientras en España la facción republicana se descomponía, lo que, entre otros factores, posibilitó la victoria de Franco y los militares.  

Homenaje a Cataluña es, en efecto, un homenaje, un brindis y un festejo por esa Barcelona que no fue pero que pudo ser. Es una perspectiva de una realidad alternativa que, por un momento se mezcló con nuestra realidad. Es la memoria de una ciudad que fue anarquista por fragmentos y en que triunfó la revolución como un relámpago que pronto se existió.  

Homenaje es una novela que, al final del día, y superadas ideologías y riñas políticas, muestra la sutil frontera entre luchar por los ideales y la ridiculez.  

Orwell nos legó otro texto anti totalitario, que va transformando en sus páginas su idea de la guerra y la milicia, pues pasa de mirar a la guerra como una salida para la estabilidad social a descubrirla en su faceta más siniestra. Por eso, el final de la novela es casi un canto antimilitarista que, por supuesto, no sería escuchado por nadie, pues la gran guerra por segunda vez estaba a la vuelta de la esquina.  

Asimismo, se percibe que, en la segunda década del siglo XXI, la guerra podría tocar nuestras puertas, recordemos una vez más que la literatura ya nos relató sus desavenencias. Leamos a Orwell desde nuestra perspectiva política, sin olvidar que fascistas, izquierdistas, anarquistas, derechistas, libertarios, conservadores, religiosos, campesinos, industriales, obreros, feministas, todos sangramos y morimos igual.  

Escrito por Fernando Endara.  

Docente de Lenguaje y Comunicación, Universidad Indoamérica.  

Instagram: @fer_libros. 

 

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