¿Qué sucede y dónde se forma el discurso de dominación de lo masculino sobre lo femenino?, ¿siempre está ligado a un sistema de creencias desarrollado históricamente en lo político, social, cultural, etc? Descubre en esta entrada cómo juega la inteligencia emocional en las redes sociales.
El estudio “Social Networks, Masculinity and Emotional Intelligence in Men in the City of Quito” de Irina Freire, docente investigadora de la Universidad Indoamérica, intenta responder qué papel desempeñan las redes sociales, como espacios desterritorializados en relación con el posicionamiento de la masculinidad hegemónica en Quito.
Para ello, se utilizaron instrumentos como el Test de Inteligencia Emocional. La muestra estuvo compuesta por 306 hombres de Quito, que utilizan redes sociales, principalmente, Facebook, Instagram y WhatsApp.
Algunos resultados obtenidos evidencian que en la Inteligencia Emocional existe un alto porcentaje del Factor Atención y un bajo porcentaje en la Excelencia sobre la demostración y la capacidad de expresar emociones.
La pregunta planteada surge de dos preocupaciones críticas: la posición hegemónica de la masculinidad, en la que hay un discurso de dominación de lo masculino sobre lo femenino, ligado a un sistema de creencias desarrollado históricamente en los planos político, social, cultural, económico, científico y otros. Y las esferas de la vida pública, lo que imprime una lógica de sexualidad, diferenciación, normalizando los estereotipos de género.
Pensemos en la naturalización de los comportamientos masculinos y femeninos como prácticas sociales controladas y cómo los hombres deberían expresarse ellos mismos física y emocionalmente.c
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La matriz sociocultural que sustenta los discursos del poder, en términos de relaciones de género, es parte constitutiva de sociedades desde la Antigüedad hasta la Modernidad; pero la actualidad contexto de crecimiento acelerado de la sociedad de la información, aparecen flujos comunicacionales virtuales como las sociales redes, que exigen una mayor desterritorialización de prácticas sociales, señala el estudio.
Otras formas de apropiarse de la realidad no parecen exclusivas de espacios físicos o territorios, sino que son concebidos como espacios sociales cuyas fronteras se diluyen en la virtuales.
En este escenario desterritorializado, las redes sociales podrían funcionan como mecanismos de control. Sin embargo, también funciona como mecanismo de subversión al discurso dominante ya que, por al no poder hacer visibles sus fronteras, permitirían personas a canalizar su identidad y libertad utilizando sus medios e inteligencia, formando identidades relacionadas con el yo virtual, cuyo propósito es la construcción realizada de una imagen que no es necesariamente una construcción de un discurso hegemónico.
Desde esta perspectiva, es posible proponer que las redes sociales han ido transformando la formas de interactuar; el yo virtual se presenta a través del consumo táctico de una misma red, es decir, el desterritorializado formas que tienen los sujetos para defenderse del poder y de las estructuras de dominación.
Algunos estudios sostienen que la educación de la familia es principalmente responsable de la persistencia del estereotipo de género en cuanto a la manifestación de emociones, y esto implica poco desarrollo de la inteligencia emocional ya que, desde la infancia, los niños no pueden expresar sus emociones libremente sin ser juzgados a través del lenguaje.
Entonces, es en la familia donde las creencias de superioridad masculina son reforzadas, transmitidas y reproducidas. Sin embargo, es necesario reconocer que esta educación es parte de una creencia sistema arraigado en la cultura y la historia.
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Fuente: “Social Networks, Masculinity and Emotional Intelligence in Men in the City of Quito”,
escrito por Irina Freire-Muñoz, Jonathan Jirón Jiménez y Luis Iriarte Pérez de la Carrera de Psicología de la Universidad Indoamérica.
Recuperado en https://ieeexplore.ieee.org/document/10309089, con fecha 6 de marzo de 2024.
