¿Por qué hay tristeza en la música ecuatoriana?

Humboldt decía que los ecuatorianos son “seres raros y únicos”, porque “duermen tranquilos en medio de crujientes volcanes, viven pobres en medio de incomparables riquezas y se alegran con música triste”. En la música ecuatoriana, el género pasillo está muy vinculado con esta última percepción: ¿es realmente una expresión de amargura y fatalismo a través del lenguaje?, y si es así ¿qué patrones se utiliza para reflejar la desgracia? Descúbrelo en el siguiente artículo.

guitarra

“Tú eres mi amor/ mi dicha y mi tesoro/ mi sólo encanto/ y mi ilusión”, es el primer verso de unos de los pasillos ecuatorianos más conocidos, “El aguacate”. Este género musical surgió como una expresión de sentimiento, amargura y desahogo emocional. Por lo general, encierra un grado de fatalismo en su diseño y estructura. Uno de los puntos de encuentro entre las corrientes modernistas de fines del siglo XIX y del siglo XX son, justamente, las relacionadas con lo artístico porque eran formidables por la unión de unos movimientos con otros.

El modernismo y el cruce de música y literatura

Esto significó que las fronteras se estrechaban cada vez más en el ámbito territorial, y mucho más como un lugar de encuentro para la música, la pintura y la literatura. Es así que el pueblo trágico vive en la necesidad de lo histórico donde la libertad se convierte en una gran paradoja que nace de la aceptación del destino y la determinación cíclica o lineal del acaecer temporal-existencial.

Los pasillos ecuatorianos, marcados por el fatalismo, son producto de la relación entre la música y literatura.

Existe un mundo que solo ha sabido expresarse en la letrilla de los cantos populares, donde se puede hablar de una epistemología ecuatoriana expresada en la producción literaria del pueblo, sus saberes auténticos y legítimos porque se producen en torno al saber, en la lírica popular se expresa en el yo poético, que a su vez es la demostración de una filantropía social.

¿Qué es el fatalismo?

Viene de fatal, fatídico, hado, pero también de destino, suerte, azar, signo, horóscopo, entre otros; para esa aproximación, se empieza conceptualizando lo fatal como inevitable, desgraciado desventurado; y lo fatídico como eso que planifica el porvenir, por lo común nefasto y desdichado.

flor

La investigación “El lenguaje del fatalismo en la proposición lírica de los pasillos ecuatorianos”, de María Giovanna Núñez Torres, docente investigadora de la Universidad Indoamérica, señala que esto se debe, principalmente, a un claro propósito de enaltecer los valores culturales del pueblo ecuatoriano: espíritu nacional y e idiosincrasia del país.

La investigación se propone identificar la presencia del lenguaje fatalista expresada en la letra de algunos pasillos ecuatorianos, con el fin de detectar posibles patrones en la utilización de este. Se fundamenta en el paradigma de investigación Hermenéutico Interpretativo de metodología cualitativa, con un proceso tipo documental, donde se analizó la literatura comercial como cancioneros y discos magnéticos de acetato cuyo nivel de difusión es público.

Se consideran algunas temáticas del fatalismo:

  • Fatalismo por muerte
  • Fatalismo por frustraciones amorosas
  • Fatalismo por abandono
  • Fatalismo por traición
  • Fatalismo por amores no correspondidos
  • Fatalismo por inconformidad con el aspecto socio- económico
  • Fatalismo como expresión de machismo
  • Fatalismo por añoranza, por desarraigo

El 76,47% muestran fatalismo por frustraciones amorosas evidentes en abandono, traición, amores no correspondidos.

Con base en la idiosincrasia de nuestro pueblo, se determina como características de ese fatalismo las siguientes:

  • Creencia en una fuerza superior 
  • Sentimiento de frustración y desdicha
  • Rebeldía frente a la realidad  
  • Paradójica resignación
  • Obsesión por el dolor
  • Tedio, hastío y melancolía
  • Evasión a través del licor, uso de algún alucinógeno y la muerte.

Estas características se reflejan en las letras del pasillo “Cansancio” del autor Pedro Echeverría:

Pensar que estoy enfermo y sin remedio,/ pensar que mi existencia se derrumba, / me oprime sin piedad la cruz del tedio / sumiéndome en la sima de la tumba. No quiero ni deseo más la vida; / ya todo considero, se ha perdido, / quiero que mi mente enloquecida / halle la paz en lo desconocido. Yo sé que mi refugio es la muerte, / ya no hay sitio en este mundo para mí,/ sentí el azote de la adversa suerte / que marcó mi vida desde que nací.

La representación de fatalismo en los pasillos ecuatorianos radica en la creencia de una fuerza superior, sentimientos de frustración y desdicha, rebeldía frente a la realidad, paradójica resignación, obsesión por el dolor, tedio, hastío y melancolía y evasión a través de la ingesta de licor o algún alucinógeno, estos rasgos están presentes en conductas e idiosincrasia del pueblo, señala la investigación.

En conclusión: el pasillo es la expresión natural de la existencia de su gente, es una lágrima que tiembla, o un beso que cautiva; es el trino que reclama o la querella que se aleja. Humboldt tenía razón; en Ecuador las guitarras se ríen y alegran a los ecuatorianos con la música que lleva la nostalgia del pasado.

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Fuente consultada:

“El lenguaje del fatalismo en la proposición lírica de los pasillos ecuatorianos”, de María Giovanna Núñez Torres y Francisco Xavier Dillon Pérez, de la Universidad Indoamérica, recuperado en https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8309782, con fecha 22 de noviembre de 2022.

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